CUIDA TU FERTILIDAD

Quienes nos desempeñamos en la reproducción asistida y el cuidado de la salud reproductiva nos encontramos frecuentemente con afirmaciones que no son del todo acertadas. Una de ellas es la que sostiene que el cuidado de la fertilidad se relaciona con la búsqueda de un embarazo y, esto no es así porque el cuidado de la fertilidad es algo que debe ser inherente a la mujer y al hombre en todas sus etapas. Debe comenzar al iniciarse la vida reproductiva y sostenerse hasta el último día. Así cuidar la fertilidad incluye, entre otras cosas, el informarse sobre condiciones que puedan afectarla -por ejemplo en las mujeres la endometriosis es la causa más frecuente-, así como informarse de la existencia de antecedentes familiares, propios o patologías preexistentes como el cáncer, enfermedades autoinmunes, diabetes, obesidad, endocrinopatías; que condicionen tomar medicamentos que puedan ser tóxicos para los óvulos y el espermatozoide; que en combinación con los factores ambientales y los relacionados con el estilo de vida disminuyen significativamente la fertilidad.

¿Qué es ser fértil?

La fertilidad es la capacidad para mantener un embarazo y lograr que éste llegue a término; por ende la infertilidad es todo lo contrario. La infertilidad es un problema de salud mundial que afecta a millones de personas en edad reproductiva, se calcula que 48 millones de parejas y 186 millones de personas la padecen, lo que corresponde al 15% de la población en general. Es una patología que puede afectar tanto a la mujer como al hombre y que por lo general se diagnostica cuando una mujer busca quedar embarazada y al cabo de cierto tiempo (que dependerá de su edad) no lo consigue.

El impacto de la edad en la fertilidad

Una pregunta que muchas mujeres nos hacemos es: ¿hasta qué edad podemos tener hijos? Los estudios demuestran que existe una estrecha relación entre la capacidad reproductiva de una mujer y la edad; la cual es uno de los factores que más influyen en la fertilidad de la pareja.

Dado que las mujeres nacen con los óvulos que tendrán a lo largo de su vida, mientras mayores se vayan haciendo, menos óvulos les quedarán. Además, a medida que las mujeres van cumpliendo años, el porcentaje de óvulos genéticamente normales que les queda disminuye. Es por ello que, a medida que envejecen, la fertilidad de la mujer empieza a mermar, ya que inicia la disminución progresiva de la reserva ovárica; al cabo de un año, una mujer de 30 años conseguirá el embarazo en el 75% de los casos, mientras que a partir de los 35 años la disminución de la fertilidad cae a un 66%; y pasados los 40, hay un pronunciado declive de la capacidad de la mujer de conseguir un embarazo; la tasa de fertilidad por mes es de solo 5% e incluso con Fertilización in vitro (FIV), que es el tratamiento de infertilidad de más éxito disponible, la tasa de embarazo es de solo un 10% por intento.



Esto se debe a la disminución de la reserva ovárica, es decir, se va perdiendo la cantidad de óvulos normales que hay en los ovarios, además de que existe con mayor frecuencia la aparición de otros factores que comprometen la fertilidad como endometriosis, miomas, pólipos, problemas hormonales anovulatorios y alteraciones en los espermatozoides. También con la edad aumentan la frecuencia de abortos, a los 35 años es del 25% y anomalías genéticas como el síndrome de Down. Las estimaciones de biopsias de embriones revelan que al menos el 90% de los óvulos de una mujer de más de 40 años presentan anomalías genéticas. Esto explica el mayor riesgo de abortos en más del 30% y anomalías genéticas con incidencia de 1/38 a la edad de 40 años.

En la sociedad actual retrasar la maternidad es muy habitual, ya sea por proyectos profesionales o personales, el momento en que se decide buscar un embarazo se pospone y, en ocasiones, se retrasa la edad del primer embarazo; el aplazamiento de la maternidad aumenta las posibilidades de tener dificultades para tener un hijo y la búsqueda de asistencia médica podría ser muy tarde. Así, cada vez es más frecuente que las mujeres se encuentren en edades avanzadas intentando quedar embarazadas de forma natural sin conseguirlo, necesitando ayuda de la reproducción asistida para lograrlo. El problema es que muy a menudo las mujeres no son conscientes de esta situación hasta que ya es tarde, llegando a un punto que necesitan asistencia médica de un especialista en Biología de Reproducción Humana.

Las mujeres y hombres que deciden postergar el embarazo hasta después de los 30 años de edad, deben buscar información con un Biólogo de la Reproducción sobre las pruebas para evaluar la reserva ovárica, vigilar la aparición de factores que puedan disminuir la fertilidad, informarse de las posibilidades de éxito de embarazo según su edad y aprender acerca de todas las opciones de tratamiento, y al ser conscientes de sus propias necesidades y objetivos, estarán preparadas para tomar las mejores decisiones.

Espero que ésta información sea de mucha utilidad, recordándote que estamos a tu disposición ante cualquier inquietud que tengas respecto a este tema u otro relacionado con la búsqueda del embarazo y patologías.