MANCHAS, ACNÉ Y CAÍDA DEL CABELLO
Comó tratarlos antes de que empeoren

El acné es una enfermedad inflamatoria crónica de la unidad pilosebácea que está conformada por el folículo piloso y las glándulas sebáceas, los cuales se encuentran principalmente en la cara, pecho y espalda. Se caracteriza ya sea por lesiones no infectadas llamadas comedones, puntos negros o espinillas y lesiones infectadas inflamatorias que aparecen como pápulas, pústulas, nódulos o abscesos en la piel.

El acné puede ocurrir iniciándose la pubertad o más frecuentemente en la adolescencia. En muchos casos persiste en la vida adulta en pacientes que tienen alteraciones hormonales que derivan en hiperandrogenismo, siendo en la mujer el síndrome del ovario poliquístico la causa más frecuente; otras causas hormonales son los tumores secretores de andrógenos, la hiperplasia suprarrenal congénita o fármacos como testosterona y sus derivados.

El estrés y el síndrome metabólico (este último caracterizado por la presencia de obesidad, colesterol y triglicéridos altos, diabetes e hipertensión) también juegan un papel importante en la aparición del acné hormonal por la liberación de cortisol e hiperandrogenismo persistente en la adultez.

Es por todo esto que el acné hormonal con sus secuelas más frecuentes, hiperpigmentación o manchas postinflamatorias residuales así como cicatrices, es cada vez más frecuente en la consulta dermatológica junto con otros padecimientos relacionados con el hiperandrogenismo, como la caída del cabello persistente o progresiva que se ve cada vez más en pacientes mujeres jóvenes. Esto muchas veces asociado al síndrome de ovario poliquístico -la llamada alopecia androgénica- en sus diferentes formas clínicas patrón masculino y patrón femenino.



Por ello el acné y la alopecia androgénica son enfermedades que muchas veces se presentan juntas y se deben atender para evitar la progresión de las mismas debido al alto impacto psicológico y emocional en quienes las padecen, que puede derivar en baja autoestima, retraimiento, estigma social y laboral afectando de forma importante la calidad de vida de los pacientes.

El tratamiento de estos estados de hiperandrogenismo debe ser atendido por el dermatólogo y ser dirigido y personalizado a cada paciente según el grado de su enfermedad.

Respecto al tratamiento de forma general podemos mencionar que en la alopecia androgénica se utilizan inductores del ciclo de crecimiento del folículo piloso y anti androgénicos. Respecto al tratamiento del acné hormonal, en sus formas leves no inflamatorias se utilizan tratamientos tópicos, es decir, aplicados en la piel con antibióticos, retinoides y queratolíticos; en las formas moderadas o severas se prefiere terapia sistémica con antibióticos orales derivados de las tetraciclinas, retinoides orales y anticonceptivos cuando es necesario.

También es de gran ayuda la limpieza facial así como cambios en la dieta y en el estilo de vida. Realizar actividad física y la reducción de peso ayuda a disminuir la inflamación, con ello controlar la enfermedad y disminuir la frecuencia de los brotes. Sin embargo, el tratamiento siempre debe ser dirigido a cada paciente según sus necesidades, de ahí la importancia de acudir al dermatólogo en caso de presentar alguno de estos padecimientos.