PIEDRAS EN LA VESÍCULA Tratamiento con cirugía laparoscópica para una recuperación más rápida y menos dolorosa

Los cálculos en la vesícula biliar, también conocidos como piedras o cálculos biliares, son una afección común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Estas pequeñas formaciones pueden causar una variedad de síntomas desagradables y, en algunos casos, pueden llevar a complicaciones graves.

La vesícula biliar es una pequeña bolsa ubicada justo debajo del hígado. Aunque su tamaño es diminuto, su función es significativa en el proceso digestivo.

La principal tarea de la vesícula biliar es almacenar y concentrar la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas. Cuando se necesita, la vesícula biliar libera esta bilis en el intestino delgado para emulsionar las grasas y facilitar su absorción por parte del cuerpo.

Los cálculos en la vesícula biliar son depósitos sólidos que se forman en la vesícula biliar o en los conductos biliares. Estas piedras pueden variar en tamaño, desde pequeñas partículas hasta piedras grandes del tamaño de una pelota de golf. Los cálculos biliares suelen estar compuestos principalmente de colesterol, bilirrubina o una combinación de ambos.

Los cálculos en la vesícula biliar pueden no causar síntomas en algunos casos, pero cuando lo hacen, provocan dolor abdominal generalmente en el lado derecho del abdomen, que puede ser intermitente o constante; náuseas y vómitos especialmente después de consumir comidas grasas; dolor en la parte superior derecha de la espalda.



El tratamiento de los cálculos en la vesícula biliar puede variar dependiendo de la gravedad de los síntomas y la condición del paciente. Cuando es necesario extraer la vesícula, existe una cirugía con muchos mayores beneficios: Colecistectomía por vía laparoscópica.

La cirugía por laparoscopia se realiza con 4 agujeros en el abdomen, por donde el especialista pasa el material y una pequeña cámara para realizar la cirugía con menor manipulación y menos cortes, siendo una cirugía con una recuperación más rápida, menos dolorosa y con una cicatriz más pequeña.

La recuperación total lleva aproximadamente sólo una semana. Es una intervención segura y menos invasiva, gracias a esto podrás volver a tu vida cotidiana mucho antes de lo esperado.