Audiometría ¿En qué me ayuda esta prueba?
La audiometría es una prueba que permite conocer la capacidad que tiene una persona de escuchar los sonidos. Evalúa así el correcto funcionamiento del sistema auditivo humano.
Una correcta audición es un proceso que sigue estos pasos:
Esta prueba puede ser de dos tipos, la tonal consiste en una valoración de la capacidad de una persona para percibir tonos puros de intensidad variable. Mientras que la audiometría verbal consiste en la cuantificación de los umbrales de reconocimiento de los sonidos del habla.
Este estudio dura entre 20 y 30 minutos, dependiendo de la colaboración del paciente. Para realizarla se necesita que la persona tenga más de cuatro años, un coeficiente intelectual normal, que colabore y que no tenga trastornos del lenguaje.
¿Quiénes se deben realizar un estudio de audiometría?
Se recomienda realizar una audiometría a todas las personas en las que se sospeche una pérdida de audición, lógicamente.
También hay etapas de la vida en las que, aunque no haya una sospecha clara de hipoacusia, se recomienda someterse a una audiometría para detectar una pérdida de audición a tiempo.
Es conveniente realizar una audiometría en los siguientes casos:
•Recién nacidos: A día de hoy entre las pruebas médicas a los recién nacidos se incluye un tipo especial de audiometría basada en los “potenciales evocados”; esto son reflejos que nos indican si un bebé escucha o no sin necesidad de que tenga que decírnoslo él.
•Mayores de 65 años.
•Sospecha de sordera.
•Tras enfermedades de riesgo: La meningitis, sobre todo en niños, los traumas craneoencefálicos y las otitis extensas son las causas más habituales de sordera que se producen como secuela de enfermedades o accidentes.
•Otros: La toma de medicamentos que dañan el oído, o la ruptura del tímpano (por usar bastoncillos de limpieza o tras un ruido muy fuerte), son también frecuentes causas de hipoacusia.